Cantinflas tiene que hacerse cargo de un niño llamado Chavita, cuyo padre ha muerto en un accidente. Cantinflas y Chavita se marchan al parque de Chapultec para trabajar, deseoso de progresar y de tener dinero para comprar al pequeño una enorme y preciosa pelota que desea desde hace tiempo, Cantinflas decide ir a la escuela con el niño para poder instruirse; allí se enamora perdidamente de la bella profesora.
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